Nuestras Creencias:
- La Biblia es la Palabra de Dios, divinamente inspirada, producto de hombres dirigidos por el Espíritu Santo, de tal manera que es la verdad sin error tanto en los conceptos como en las palabras usadas; que es el centro de la unidad cristiana y la norma suprema por la cual toda conducta humana, credos y opiniones serán juzgados (1 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:19-21).
- Hay un sólo Dios vivo y verdadero, infinito, Espíritu inteligente, hacedor y gobernador supremo del cielo y de la tierra, quien es digno de todo honor, toda confianza y todo amor. En la unidad de la Deidad hay tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, de la misma sustancia, iguales en poder, eternidad y gloria (1 Corintios 8:6; Juan 15:26).
- Cristo es la segunda persona de la Trinidad, concebido por obra del Espíritu Santo, único Redentor y Mediador entre Dios y los hombres (Lucas 1:35; Juan 1:1; 1 Timoteo 2:5).
- El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad, igual con el Padre y el Hijo, y obra en perfecta armonía con ellos. Él hace la obra de regeneración y santificación en el creyente, y mora en su corazón (Juan 16:7-15; Juan 3:5; 1 Corintios 3:16; 6:11).
- Satanás es una persona, espíritu maligno, el impío dios de este mundo y el autor de toda potestad de las tinieblas; cuyo fin será perdición en el lago de fuego (Mateo 4:1-10; 25:41; Apocalipsis 21:10).
- La historia de la creación en Génesis 1 y 2 es verdadera.
- El hombre fue creado a la imagen y semejanza de Dios, transgredió por su propia voluntad y cayó, por lo cual cada ser humano es un pecador no solamente por herencia, sino por su libre voluntad y, por lo tanto, se encuentra bajo la condenación divina, sin excusa ni defensa (Romanos 5:10-19).
- Jesús, milagrosamente, por obra del Espíritu Santo, nació de María virgen y es el Hijo de Dios, y Dios el Hijo. Fue hecho semejante al hombre, pero sin pecado (Mateo 1:18-25; Lucas 1:35; He 4:15; Filemón 2:7).
- El hombre es salvado eternamente por gracia, por medio de la fe, en virtud de la obra mediadora del Hijo de Dios, quien por su muerte hizo expiación vicaria y completa por nuestros pecados, no como un mero ejemplo, sino como substituto, el Justo muriendo voluntariamente por el injusto (Efesios 2:8-9; Romanos 3:24; Hechos 16:32; Juan 3:16).
- En el nuevo nacimiento, el pecador, muerto en delitos y pecados, es hecho participante de la naturaleza divina, y recibe la vida eterna únicamente por el poder del Espíritu Santo, y así llega a ser obediente al evangelio, lo cual es manifestado en los frutos del arrepentimiento, la fe y la novedad de vida (Juan 2:6; 2 Corintios 5:17; Mateo 7:20; 1 Juan 2:16).
- Por medio de la justificación, obtenemos el perdón de los pecados y el don de la vida eterna, de acuerdo con la justicia de Dios; y se otorga solamente por la fe en la sangre del Redentor (Romanos 5:1,9; 8:1).
- Una iglesia local es una congregación de creyentes renacidos. Todos los creyentes verdaderos, tanto los vivos como los muertos que ya están en la presencia de Dios, forman la verdadera Iglesia de Cristo, que es su Esposa, y que espera su venida y el arrebatamiento de los santos (Hechos 2:24; Efesios 5:22-32; 1 Tesalonicenses 4:13-18).
- Todos los que verdaderamente han nacido de nuevo, son guardados por Dios el Padre para Jesucristo (Juan 10:28-29; Romanos 8:35-39).
- Delante de Dios, solamente los que son justificados por la fe son justos y santificados, y todos los que persisten en la impenitencia y en la incredulidad están bajo maldición (Romanos 6:23; Gálatas 3:10,13).
- El gobierno civil, por el cual debemos orar, es divinamente ordenado y es digno de recibir de nosotros la honra y la obediencia concienzuda en todas las cosas, excepto aquellas que sean opuestas a la voluntad de nuestro Señor Jesucristo (1 Timoteo 2:1-2; Romanos 13:1-7; Hechos 4:18-20).

Camino Venado a Téllez km. 1, Pachuca de Soto, Hidalgo, México.
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